No se por donde empezar pero ha sido una pasada toda esta semana, la patagonia es la leche, en mi vida ví paisajes iguales, tanta cantidad de agua, de montañas, de vegetación y de buena gente.
Salimos el miércoles 19 para meternos unas 22 Horas de viajes desde Rosario hasta San Carlos de Bariloche en la provincia de Rió Negro (corazón de la patagonia). Llegamos a las 11 de la mañana y justamente antes de llegar, pararon el bus donde íbamos haciendo control de Bromatología (Drogas). La desgracia es que por ser el autentico “Pelo sucio”(como mi primo Will me llama), me bajo del bus la gendarmería nacional para hacerme un registro serio con perros y todo, me sacaron todo lo que llevaba del portátil hasta los pañuelos de los mocos. Al final salimos del control sin mayores percances y llegamos a la fría Bariloche (8ºC.). Nada mas llegar, visitamos el Cerro Otto, donde se ve todo el pueblo subiendo en un teleférico y un paisaje sacado, mínimo, del señor de los anillos.
El segundo día visitamos el volcán Lanín (fronterizo también con chile) y viaje en barca por los lagos Huechulafquen y Epulafquen en el que disfrutamos de la vista de un rió de lava petrificada con bonsáis que nacieron en lo alto del mismo. Ese día comimos en un sitio relindo en la orillita del río y con el volcán de fondo regentado por una familia mapuche-blanca (comunidad que se autodenominan “hombres de la tierra”).
Llego el día de volvernos (25 marzo) y nos montamos en el bus de categoría súper cama y nos vinimos para Buenos Aires donde Gloria tomaba el avión para Madrid. De camino nos agobiamos un poco porque no teníamos donde dejar las maletas, pero por suerte conocimos a una señora de Buenos aires (de unos 55 años) en el bus la cual nos ofreció primeramente su casa pa dejar las maletas y seguidamente nos ofreció para comer, dormir y lo que hiciera falta. Persona súper buena (Nora de nombre) que sorprendentemente con el olor que traíamos después de 20 horas de bus y con las pintas que llevamos, nos ofreció todo eso a cambio de nada. Comimos, tomamos helado de dulce de leche y mate para terminar. Al final le compramos una macetita y unos alfajores y nos despedimos para irnos al aeropuerto.
Llegamos, Glo facturo el equipaje, cenamos de lujo con mas de un litro de birra y justamente antes de irse, y con penita, nos encontramos con “La Mari” de Chambao (jajajajjajajja). Buena personaje, hablando en malagueño (Noveee!!!! Que wapo la patagonia, eze ez mi zueño de cuando era shika). Total, que estaba de promoción e iba para México para dar un par de conciertos y vuelve para Buenos aires los días 14 y 15 de abril, para los cuales, tenemos invitaciones (hueeeeeeeeee!!!!!!!!!!).
Recomiendo a todo personaje que venga por Argentina, que no deje de ir a la Patagonia porque este tipo de paisajes no los hay en muchos sitios.
Un saludo a todos y, que “sus quiero una jartaaa”
Manolillo.