Que en realidad han sido dos y pico. Empezo esto alla por el dia 17 por la mañana, en el aeropuerto de barajas. Despues de un poco follon con la facturacion nos montamos en un Airbus de TAM, modelo zulo-3000, donde pasamos once magnificas horas entre el señor Coelho, Pata Negra y una pelicula pastelosa de John Cusack, sobre un niño que se creia un marciano.
Para colmo hubo que esperar como media hora a que el tiempo mejorara (como en las pelis) para aterrizar. Y luego a estirar las piernas... y vaya si las estiramos, a carrera partida por las terminales del Garrulos, que es como hemos venido a llamar al aeropuerto de la ciudad paulista, para coger el boeing que nos llevaria a Buenos Aires.
Por la ventanilla del avion despedimos Sao Paulo en una espectacular vista, no mas que la que nos aguardaria al llegar a la gran Buenos Aires (¡que grandes son aqui todas las ciudades!).
Con cara de otro nos montamos en un Van, que viene a ser como un microbus de los de España, que nos llevo a Rosario, y entre cabezada y cabezada nos dimos cuenta de que ya estabamos en el otro lado, en la parte de abajo, en el fondo sur, con un pais entero para nosotros.
Hoy hemos paseado en plan zombie unas cuadras, que es como aqui llaman a las manzanas, para comprar carne y vino de la que hemos dado buena cuenta. Despues la Furia Española jugo como nunca y perdio como siempre al minigol (que es como aqui llaman al futbolin). Perdimos lavar los platos, y luego tres cervezas que vamos a cargarnos en un minuto. Ahora mismo entra Omar (que es como aqui llaman a nuestro casero) a decirnos que van a jugar al billar, asi que vamos a estrenar los barecitos de aqui en brevas.
Hace teeeeeela de calor y hay tela de humedad. Dicen que aqui el cielo es de otra manera. Os dejo para verlo.
Os quiero a todos
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